Hay
varios procesos que influyen en la ingesta de alimentos, algunos de ellos son
el hambre y el apetito. Algunas veces estos conceptos son interpretados como
sinónimos, pero en realidad son dos cosas diferentes. El hambre es un proceso
que responde a una necesidad fisiológica de nuestro organismo para sobrevivir.
Por tal motivo tenemos un impulso a determinados horarios para ingerir
alimentos y estos alimentos pueden ser diversificados. En cambio, el apetito es
un proceso psicológico que nos impulsa a comer, aun cuando nuestro cuerpo no lo
requiera. De esta forma, ingerimos específicos alimentos para satisfacer
nuestros gustos. Por ejemplo, inicialmente se puede sentir hambre en horas de
la mañana al no haber ingerido ningún alimento, por lo que se puede comer unos
huevos a la mexicana para obtener energía. Luego se puede comer una porción de pastel,
porque el día anterior se compró en la pastelería y se veía muy bien. Esta
última acción es provocada por el apetito, se realiza aunque no sea tan
saludable y puede provocar remordimiento.
En
el caso de los animales, ellos se alimentan al sentir hambre. Sin embargo, este
impulso fisiológico no los hace ingerir cualquier tipo de alimento, porque son muy
selectivos. También, de acuerdo a lo hablado en clase, los animales algunas
veces no logran alcanzar ciertos niveles de referencia en la ingesta de
alimentos. Por ejemplo, los 3.5% de materia seca que en teoría consume un
bovino de acuerdo a su peso. Por lo que hay que crear estrategias para que
ellos puedan satisfacer sus impulsos fisiológicos y promover el apetito. Algunas
de estas estrategias pueden ser mantener el ganado con buena salud; mejorar la
calidad del pasto y pastorear cuando el forraje presente esta cualidad; emplear
otras alternativas de alimentación como ensilados frescos, con melaza y una
buena humedad para que sean del agrado de los animales; diversificar la pradera
con diferentes gramíneas y leguminosas con buenas características
nutricionales; suministrar suplementos, entre otras.
Aunque
el productor puede que no tenga los suficientes recursos para implementar
prácticas que incrementen la ingesta de alimentos, él puede emplear su
creatividad para que el alimento sea más fácil de ingerir.
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