En las últimas décadas la humanidad se ha preocupado por
los impactos antrópicos que se le están causando al planeta y que han estado
imposibilitando la vida en el mismo. De esta forma, se han hecho encuentros
internacionales por las diferentes naciones como el promovido por Brundtland y la
Cumbre de la Tierra en Río de Janeiro, que han incentivado acuerdos para la
mitigación de estos impactos. En estos encuentros se ha desarrollado un
concepto de desarrollo sostenible y ha sido muy criticado por diferentes
organizaciones y ambientalistas. Asimismo, el feminismo ha desacreditado esta
definición y por su aparte ha desarrollado su concepto agregándole la
perspectiva de género. En los siguientes párrafos, se van a definir algunos
conceptos y se van a mencionar algunos aportes que el feminismo ha hecho al
concepto de desarrollo sustentable.
En el informe de Brundtland en 1987 (citado en Gómez Gutiérrez,
2014)
se define el desarrollo sustentable como “asegurar
que se satisfaga las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de
las futuras generaciones para satisfacer las propias”. De este modo, se
impulsó la economía verde desde la Cumbre de la Tierra en Río de Janeiro (Vargas Pineda et al.,
2017)
para mitigar los impactos que se estaban causando en el medio ambiente y
posibilitar el anhelado desarrollo sostenible. Sin embargo, la economía verde
le ha facilitado a las grandes corporaciones continuar contaminando a través de
las emisiones de gases de efecto invernadero, al comprar créditos de carbonos
en países del tercer mundo (Alianza Biodiversidad
et al., 2012).
Lo anterior ha sido asunto de críticas y desde el
feminismo, en especial el ecofeminismo, se ha dado una postura contundente al
respecto. Una de las principales expositoras de esta corriente del feminismo es
Vandana Shiva, ella menciona como el patriarcado a través del capitalismo ha
roto la conexión que existía entre las mujeres y el ecosistema, ellas eran las
encargadas de manejar y conservar los recursos naturales para la reproducción
de sus familias (Shiva, 2004). De esta forma, las mujeres son esenciales para la
restauración y recuperación de los ecosistemas. A continuación, se van a
relatar algunos aportes que se han dado desde el feminismo al concepto de
desarrollo sustentable.
Como primer aporte, debe existir una paridad de género en
los ámbitos de toma de decisión, desde lo local hasta lo internacional. El
feminismo ha demostrado la poca participación que tienen las mujeres en la toma
de decisiones que las afectan. La incorporación de más mujeres a estos espacios
es muy importante, porque se les da la oportunidad de exponer sus problemáticas
y los derechos que les son vulnerados y de esta manera, poderlos garantizar. Un
ejemplo de lo anterior, es la vulneración del derecho a una sexualidad digna,
para que las mujeres tengan la capacidad de decidir si desean tener hijos o no,
asimismo, tener la libertad necesaria para que puedan dirigirse a cualquier
lugar sin tener la zozobra de ser violadas.
El segundo aporte que me gustaría comentar es la
consideración del trabajo reproductivo como tal, un trabajo. Los trabajos de
cuidado que han hecho las mujeres para la reproducción de sus familias no se
han considerado como lo que son, porque se tiene la concepción de que un
trabajo es aquel en donde hay un salario de por medio (Herrero, 2013). Sin embargo, las mujeres trabajan por muchas más horas
que los hombres y no reciben ninguna retribución en la mayoría de los casos.
Los trabajos de reproducción y producción deben ser igualitarios, en donde se
distribuyan las actividades igualitariamente para que ambos sexos tengan el
mismo compromiso y responsabilidad del cuidado de la familia y su manutención.
De esta forma, el concepto de desarrollo sustentable, a
diferencia del concepto de desarrollo sostenible propuesto en el informe
Brundtland, debe incluir la transversalidad de género para que se generen
políticas públicas en diferentes campos que fomenten la igualdad de género.
Asimismo, los hombres y las mujeres deben unir fuerzas para contrarrestar los
impactos que se están generando desde el capitalismo (Puleo, 2013). No es necesario satanizar al varón, porque también ha
sido importante para el manejo y conservación de los ecosistemas, y es de
importancia integrarlo.
En conclusión, el desarrollo que se está promoviendo por
organizaciones internacionales se basa principalmente en un desarrollo
económico y deja a un lado la parte ambiental y social. Por lo tanto, se deben
crear estrategias para un verdadero desarrollo sustentable que integre la
perspectiva de género para una sociedad más igualitaria.
BIBLIOGRAFÍA CITADA
Alianza
Biodiversidad, Movimiento Mundial por los Bosques Tropicales (WRM) y Amigos de
la Tierra América Latina y El Caribe (ATALC). (2012). Economía verde el
asalto final a los bienes comunes.
Gómez Gutiérrez, C. (2014). El desarrollo sostenible:
conceptos básicos, alcance y creterios para la evaluación. En Cambio
Climático y Desarrollo Sostenible: Bases conceptuales para la educación en
Cuba. (pp. 90–111). http://www.unesco.org/new/fileadmin/MULTIMEDIA/FIELD/Havana/pdf/Cap3.pdf
Herrero, Y. (2013). Miradas ecofeministas para transitar a un
mundo justo y sostenible. Revista de Economía Crítica, 16,
278–307.
Puleo, A. (2013). Feminismo y ecología. En R. Manzanera Ruiz,
J. Carmen Miguel, & V. Sánchez Maldonado (Eds.), Medio ambiente y
desarrollo. Miradas feministas desde ambos hemisferios.
Shiva, V. (2004). La mirada del ecofeminismo. POLIS,
Revista Latinoamericana, 3(9).
Vargas Pineda, O. I., Trujillo González, J. M. y Torres Mora,
M. A. (2017). The green economy: a necessary environmental and social change in
today’s world. Revista de Investigación Agraria y Ambiental, 8(2),
175–186. https://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/6285363.pdf
No hay comentarios.:
Publicar un comentario