LABRANZA
HACIA LA SUSTENTABILIDAD
La labranza es una técnica
agrícola que tiene el objetivo de preparar el suelo para la siembra (Monsanto
argentina, s.f.). Se puede distinguir tres tipos de labranza: labranza
convencional, labranza conservacionista y cero labranza.
En la labranza convencional
los implementos primarios (arados) rompen la masa compacta del suelo en una
serie de fragmentos de agregados y terrones de diversos tamaños. Esta labor se
complementa con operaciones de labranza secundaria (rastreo) para pulverizar,
reempacar y homogenizar la superficie del suelo, formando la cama de la semilla
(IICA-BID-PROCIANDINO, 1989).
La labranza conservacionista es
un término general que ha sido definido como “cualquier secuencia de labranzas
que reduce las pérdidas de suelo y agua, en comparación con las de la labranza
convencional” (Lal, 1995 citado en Benites & Friedrich, 2000)
La cero labranza consiste en
poner directamente la semilla de los cultivos sobre el suelo, sin remover los
residuos del cultivo anterior (Acevedo &
Candia, 2003).
Por lo anterior se puede
diferenciar la labranza convencional como aquella que conduce a la pérdida de suelo, esto se
produce debido al movimiento del suelo y a su pulverización, quedando las
partículas del suelo sin protección, puesto que la capa vegetal ha sido
removida completamente, entonces cuando llueve o se establece el riego, el agua
transporta estas partículas produciendo que la fertilidad del suelo se
disminuya, ya que los minerales que son beneficiosos para las plantas son
removidos. Además esta técnica constante de preparación del suelo hace que cada
vez se vaya compactando más este recurso, porque se va rompiendo la estructura
del suelo provocando que los poros se reduzcan.
En cambio la labranza conservacionista
trata de disminuir la perdida de suelo, este tipo de labranza reduce
sustancialmente las operaciones de la maquinaria para la preparación del suelo,
esto no implica la remoción de los residuos vegetales de la cosecha anterior,
por lo tanto estos residuos promueven la conservación de la humedad debido a
que evita en gran manera la evaporación del agua en el suelo, además esta
cubierta permite que la escorrentía no arrastre las partículas del suelo, por
lo tanto la erosión es mínima. Estos residuos vegetales se transforman en
materia orgánica, de esta manera la fertilidad del suelo aumentaría y las
plantas tendrían una mejor producción.
Finalmente la cero labranza,
que propone que no se use ningún tipo de maquinaria para promover una
eliminación casi total de la pérdida del suelo, puesto que no se mueve el suelo
y por lo tanto no hay una exposición de las partículas del suelo para que sean
removidas por la acción del agua. Este tipo de labranza protege la economía del
productor, porque el productor no tendrá que invertir en maquinaria que prepare
el suelo, por tal razón no tendrá que comprar combustibles, ni pagar mano de
obra.
CATIE (1989), experimentaron
con un cultivo de frijol y maíz para comparar los diferentes tipos de labranza
y saber su respectivo rendimiento en cada caso. Encontraron que las parcelas
cuya capa superficial fue más alterada rindieron más frijoles que aquellas que
recibieron laboreo mínimo. Las parcelas sin ningún laboreo, sembradas en
frijol, no produjeron cosecha debido a una fuerte competencia de malezas (no
fue posible combatirlas a tiempo). Las parcelas sembradas con maíz no mostraron
diferencias significativas en sus tratamientos (distintos sistemas de laboreo).
De acuerdo al estudio
realizado por CATIE (1989) se puede comprender que para obtener un buen
rendimiento en cero labranza se debe tener algunos cuidados tal como el control
a malezas, pero en general se deben seguir las demás buenas prácticas para que
se pueda obtener una buena producción a través de esta labranza que contribuye
a la sustentabilidad. En el caso del maíz se obtuvo un rendimiento semejante en
los diferentes tipos de labranza, por lo tanto se puede utilizar la cero
labranza para que haya más resultados económicos evitando otros tipos de
inversiones.
En la actualidad se está
deteriorando mucho los recursos como el suelo y el agua, si se quiere que en el
futuro no haya estos tipos de recursos se debe continuar laborando el suelo
convencionalmente, pero si en realidad se quiere lograr la sustentabilidad para
dejarle a las siguientes generaciones los recursos que se emplean, es necesario
implementar medidas para parar el deterioro. La cero labranza es la solución al
problema anteriormente mencionando, además de contribuir a que se acabe la
erosión, el productor obtiene tantas ganancias o más si estuviera implementando
labranza convencional.
BIBLIOGRAFÍA
·
Acevedo, E., &
Candia, P. (2003). Agronomía de la cero labranza.
·
Benites, J., & Friedrich, T. (2000). Manual de
prácticas integradas de manejo y conservación de suelos.
·
CENTRO AGRONOMICO TROPICAL DE INVESTIGACION Y ENSENANZA
(CATIE). (1989). Informe anual 1988-1989. Turrialba, Costa Rica.
·
IICA-BID-PROCIANDICO. (1989). XI Seminario. Labranza de
conservación en Maíz. Batán, México.
·
Monsanto Argentina. (s.f.). ¿Por qué la labranza cero es
la mejor alternativa para el medio ambiente? Obtenido de Monsanto:
http://descubri.monsanto.com.ar/notas/por-que-la-labranza-cero-o-siembra-directa-es-la-mejor-alternativa-para-el-medioambiente/