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viernes, 26 de diciembre de 2014

Ensayo sobre pedagogía

LA PEDAGOGÍA

Hoy en día la pedagogía se conoce como una actividad humana sistemática que orienta las acciones educativas y de formación, se plantean los principios, métodos, prácticas, maneras de pensar y modelos que son sus elementos constitutivos. La pedagogía tiene por objeto el aspecto sistemático de la actividad humana conductora de las acciones educativas y de formación. Como toda actividad humana, tiene sus principios y sus métodos; define una función humana, describe una conducta específica, socialmente construida, principalmente en la escuela y en las instituciones formadoras. La pedagogía además participa en los cambios y evoluciones a las que estamos asistiendo; sin embargo, la pedagogía tiene también su propia historia y su propia cultura: la de las prácticas, la de las maneras de pensar y la sus propios modelos. Ella contribuye a la profesionalización de los oficios del profesor (Mendosa, s.f.).
Bajo la forma más concreta, la pedagogía surge esencialmente de la escuela, pero no exclusivamente; y claro está, no siempre ha sido de esta manera. La pedagogía interpela a veces a la escuela, es su dimensión crítica. Una unidad cultural y funcional de la pedagogía se construye progresivamente alrededor de la escuela, sin que sea posible confundirlas completamente. Es de esta convergencia que surgen los roles del profesor y del estudiante. La escuela organiza sistemáticamente el encuentro del estudiante con los saberes, apuesta por la construcción de su propia identidad social y cultural. En la “escuela”, porque se dice que hay “escuela”, allí donde este encuentro está organizado, profesores y estudiantes se vuelven a encontrar en un establecimiento, unidos en la realización de esta actividad. Hay entonces pedagogía de escuela, pedagogía escolar. La escuela, el profesor, el alumno, los padres, la clase, los saberes, la organización escolar, tales son los componentes visibles de la actividad pedagógica en nuestras sociedades.
Sin embargo, sabemos que una buena pedagogía, constituye buenos conocimientos, saberes, beneficios formativos, y motivaciones. Por eso, es importante destacar que la pedagogía se nutre de los aportes de diversas ciencias y disciplinas, como la antropología, la psicología, la filosofía, la medicina y la sociología. Pero, cabe subrayar también que hay autores que sostienen que la pedagogía no es una ciencia, sino que es un arte  o un tipo de conocimiento. Esta parte viene siendo cada vez más  importante, por diversas razones: la extensión de los conocimientos, la elevación de los niveles de competencias necesarias, el movimiento social de profesionalización de los quehaceres relacionados con la formación. Se debe siempre aprender más, o de manera diferente, y entonces aprender más sobre su actividad, se convierte en un principio activo. Así, la actividad pedagógica toma su lugar entre las actividades humanas esenciales. Pero, para ello es necesario saber aceptar sus permanencias y cambios (Mendosa, s.f.).
Además, el término “pedagogía” a menudo es mal comprendido, él designa un campo de conocimientos y de acciones cada vez más complejo. Destinada a los niños o a los adultos, la pedagogía cuenta con una competencia técnica y profesional y constituye un principio de estudio e investigación. Ella no se reduce, como se entiende a veces, a un saber hacer compartido por todos o a un quehacer infantilizante. Nuestra sociedad desarrolla cada vez más “organizaciones aprendices”. Formación, información y saber están en el centro de las principales dinámicas sociales y hacen de la actividad pedagógica cada vez más un asunto estratégico. Acaso, ¿Nuestra sociedad no se vuelve pedagógica? La pedagogía tiene por objeto el aspecto sistemático de la actividad humana conductora de las acciones educativas y de formación. Como toda actividad humana, tiene sus principios y sus métodos; define una función humana, describe una conducta específica, socialmente construida, principalmente en la escuela y en las instituciones formadoras. La pedagogía participa en los cambios y evoluciones a las que estamos asistiendo; sin embargo, la pedagogía tiene también su propia historia y su propia cultura: la de las prácticas, la de las maneras de pensar y la sus propios modelos. Ella contribuye a la profesionalización de los oficios del profesor (Mendosa, s.f.).
Bien, un pedagogo debe facilitar los procesos educativos y de comunicación a los estudiantes, lo que implica un acercamiento y conocimiento  en el proceso de enseñanza o aprendizaje, teniendo en cuenta los recursos técnicos y humanos, el plan de estudio, los elementos teóricos que claramente deben ser pedagógicos, y además unas claras expectativas tanto el docente como el estudiante.
La tarea del maestro debe ser de  conductor, ya que es quien propicia, y dirige la labor de aprendizaje, el educando asume un papel activo en el proceso de enseñanza ya que el aprendizaje debe ser reciproco y cumplir con las necesidades y los intereses que tenga el alumno (Mendosa, s.f.).
Sin embargo, existen muchos factores por las cuales el estudiante se ve desmotivado frente a sus actividades educativas, como por ejemplo la falta de interés frente al aprendizaje, o la poca facilidad para entender los temas. ¿En realidad es posible que la tecnología pueda sustituir los docentes por falta de una buena pedagogía? Rotundamente el docente debe saber lo que enseña pero también debe saber cómo enseñarlo, ya que existen casos en los que la mala comunicación entre docente alumno no permiten que se transmitan los conocimientos deseados. Viéndolo desde ese punto de vista los jóvenes de hoy en día, tratan de buscar nuevas fuentes que les facilite lo que desean y necesitan saber. Por esa razón es importante mencionar que es un problema de gran magnitud el no encontrar una estrategia que ayude tanto al maestro como al estudiante a seguir con su labor de la manera más responsable y al mismo tiempo muy entretenida.
Los maestros deben permitirse orientar los procesos de formación de los estudiantes. Un saber que se nutra de la historia que da a conocer propuestas que los pedagogos han desarrollado a lo largo de los siglos, pero que también se debe construir diariamente en la relación personal o colegiada sobre lo que acontece diariamente en el trabajo con alumnos, alumnas y colegas, sobre los logros propuestos y obtenidos, sobre las metodologías más apropiadas para conseguir desarrollo humano y la construcción de la nueva Colombia.
En conclusión el saber pedagógico se debe producir permanentemente cuando la comunidad educativa investiga el sentido de lo que hace, las características de aquellos y aquellas a quienes enseña, la pertinencia y la trascendencia de lo que enseña. La pedagogía debe llevar al maestro a percibir los procesos que suceden a su alrededor y a buscar los mejores procedimientos para intervenir críticas  innovativamente en ellos.

Bibliografía:

•          Hevia Daysi (s.f.), Arte y pedagogía, recuperado el 24 de noviembre de 2014, http://www.sld.cu/galerias/pdf/sitios/williamsoler/arte_y_pedagogia.pdf 
•          Mendosa (s.f.), Pedagogía y escuela http://www.utp.edu.co/~chumanas/revistas/revistas/rev26/gomez.htm



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