La utilización de
invernaderos o casas sombra representa una alternativa de producción y una
oportunidad de comercialización de los productos cultivados bajo estos sistemas
ya que, además de ofrecer protección contra las condiciones adversas del clima
a los cultivos le dan una mejor calidad y mayores rendimientos a la producción.
La agricultura protegida, por tanto, es una de las actividades que dentro del
sector primario tiene un auge muy importante, llegando a ser detonante en la
economía de los países y en la economía de aquellos que están inmersos en esta
actividad. Además los sistemas modernos de agricultura tienen una importancia
ecológica de suma importancia ya que permiten un uso racional del agua y, por
la protección que ofrecen, reducen en gran medida la utilización de pesticidas
tóxicos que dañan el ambiente, los mantos acuíferos y la salud humana (Garza,
2008).
Las ventajas de la
agricultura protegida son significativas en comparación con la explotación a
cielo abierto, ya que los rendimientos pueden incrementarse de manera gradual,
con una mayor seguridad en la inversión realizada. En una agricultura
tradicional un productor de tomate llega a producir en promedio 75 toneladas al
año por hectárea con una gran cantidad de agua utilizada y desperdiciada por
evaporización e infiltración. En invernadero es posible producir más de 200
toneladas por hectárea aprovechando al máximo el agua, esto, siempre y cuando
los productores utilicen la tecnología adecuada y tengan los conocimientos
necesarios (Garza, 2008).
La agricultura protegida en
Colombia ha permitido el arraigo de las familias en sus comunidades de origen
al mejorar las condiciones de producción de hortalizas, lo que se refleja en la
obtención de mejores y mayores ingresos, al tener una producción continua
durante la mayor parte del año, con mayor calidad y competitividad (Garza, 2008).
En el departamento de
Cundinamarca en el municipio de Fóqueme en convenio de la alcaldía y la
Universidad Nacional se realizó una parcela de aprendizaje donde se encuentra
establecido un cultivo de tomate bajo invernadero, este está dividido en dos
sectores que se diferencian por las condiciones que se le están ofreciendo a
las plantas, con el fin de realizar una comparación entre ambos sistemas. Esta
parcela de aprendizaje busca que las personas aprendan y puedan conocer nuevos
cambios que podrían ayudarlos a obtener buenas producciones.
El procedimiento para establecer
el cultivo de tomate de variedad Nicolas (figura 28) en la parcela fue el
siguiente
ü Preparación
del terreno
ü Basamento,
inoculación realizada en el suelo para incorporar fertilizantes
ü Zanjas
ü Aplicación
del humus
ü Siembra,
a una distancia entre plantas de 50 cm
ü Riego,
compuesto por dos cintas de riego para una mejor distribución. Cada planta
require 1l/día
ü Colocación
de mulch para regular la planta y prevenir malezas
Figura
28. Variedad de tomate Nicolás
Estas plantas que se
encuentran bajo invernadero se les está experimentando principalmente respecto
a tres factores: la fertilización, el número de ejes y el comportamiento con
cascarilla quemada y compostaje.
Los dos tratamientos que se
están utilizando en la fertilización son a 8kg y a 12kg. Los tratamientos para
el número de ejes son de 1 eje y de 2 ejes (figura 29).
Figura
29. Tomate dividido por ejes
Y en relación a la utilización
de cascarilla quemada de arroz, para mejorar el intercambio catiónico y que las
plantas puedan hacer mejor su comida (fotosíntesis), en diferentes cantidades.
Estas evaluaciones se hacen de acuerdo al surco, un surco se le realiza un
tratamiento y al otro surco el tratamiento restante.
Las variables que se miden
para conocer los resultados de los experimentos son el número de racimos, el número
de flores de cada planta, el espesor de los tallos y el número de frutos.
Además de los anteriores
tratamientos se están aplicando productos biológicos y algunos fungicidas para
el manejo del cultivo, estas aplicaciones se realizan cada 15 días.
Todas las prácticas
culturales las realiza el productor, el resto se obtienen gracias al convenido
de la alcaldía y la universidad.
El invernadero donde se
encuentra establecido el cultivo de tomate está diseñado con guayas (figura 30),
cuenta con un plástico que permite el buen paso de la luz solar para el proceso
de la fotosíntesis de la planta de tomate; una malla de recubrimiento de 40
MESH, madera blanca para mayor luminosidad y un extractor de aire con el fin de disminuir la temperatura dentro
del invernadero.
Figura
30. Invernadero hecho con guayas
BIBLIOGRAFÍA
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Costa, S., 2015. Politicas para el sector agropecuario y
el desarrollo de los territorios rurales. Recuperado de http://www.mag.go.cr/bibliotecavirtual/a00333.pdf
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