La
CAM actualmente lidera proyectos de conservación de suelos desarrollados debido
al ordenamiento de la cuenca Las Ceibas, algunos proyectos se encuentran
dirigidos a los productores ubicados en la parte alta de la cuenca para
promover la conservación y evitar perjudicaciones ambientales tales como erosión, derrumbamientos, avalanchas entre
otras cosas.
Una
de las obras de bioengenería que se han construido en la cuenca son las
terrazas (figura 1). Las terrazas son superficies de cultivo que han sido
niveladas o cuya pendiente ha sido reducida con un muro de contención,
normalmente de piedra, pero igual puede ser de tierra, tepetate o vegetación
(Alonso, 1997). Las terrazas reducen la escorrentía y evitan el deslizamiento
del suelo, estas pueden ser construidas en guadua, madera y llantas.
Figura 1. Terraza de guadua
Además
del muro de contención se integra en un componente biótico como un pastizal
para garantizar la sostenibilidad de la terraza, esto quiere decir que cuando
la guadua se deteriore por cualquier agente externo, la vegetación pueda
continuar ejerciendo la tensión en el suelo para evitar deslizamientos.
La
vegetación que se implementa en la construcción de terrazas es una combinación
de pasto y árboles, el pasto más común utilizado es el vetiver (figura 2) y los
árboles que usualmente se siembran son el iguá, matarratón, entre otros.
Figura 2. Pasto vetiver
El
pasto vetiver desarrolla un sistema radicular fibroso, que llega a engrosar
hasta 0,80 por metro y profundizar de 5 a 7 metros, de acuerdo con el
mantenimiento que se le haga al cultivo en los sitos donde se establezca para
frenar el problema de la erosión, y la conservación de los suelos en forma
estable, sin que haya lugar a desmoronamientos, derrumbes o deslizamientos en
zonas de laderas; taludes de carreteras; jarillones de ríos, quebradas o
canales de riego; o en áreas expuestas a derrumbes por efecto de la escorrentía
de aguas lluvias (Daza). El vetiver se siembra a través de esquejes (figura 3)
con 2 o 3 hojas cada 10cm para aumentar la densidad de plantas y evitar
mayormente el deslizamiento del suelo.
Figura 3. Esqueje de vetiver
Las
terrazas son construidas en zonas afectadas por la humedad, el exceso de agua
hace los suelos inestables promoviendo deslizamientos que perjudican las vías rurales y las casas. Por tal razón para
construir una obra de bioengeniería primero se debe remover los excesos de
agua, esta agua es aprovechable y se puede dirigir a sitios donde se requiera.
Luego hay que preparar el terreno para colocar las barreras de guadua a nivel,
los postes (figura 3) son las piezas de guadua gruesas que se colocan verticalmente,
estos postes pueden ser sencillos o dobles, los dobles se utilizan en las
uniones de las guaduas horizontales, las guaduas verticales se pueden colocar
cada 80cm, si se aumenta la distancia la obra puede colapsar debido a la fuerza
que ejerce el suelo. Los travesaños (figura 3) son las guaduas horizontales,
estas deben ir muy ajustadas y rectas para evitar el paso del material del
suelo o agua.
Figura 3. Postes y travesaños
La
construcción de la contención de una terraza se puede hacer en tiempos secos o
húmedos, sin embargo para el establecimiento de la vegetación se debe hacer en
invierno para proveer a la planta el agua necesaria para su desarrollo. Si los
suelos donde se quiere sembrar la vegetación son arenosos o arcillosos se puede
aplicar materia orgánica para que el desarrollo de la planta sea óptimo.
La
CAM también realiza las respectivas obras que benefician a los productores dirigiéndose a cada finca para hacer una
planificación individual. De esta manera la entidad conoce las necesidades y
puede proveer los materiales necesarios para las construcciones de obras de
conservación y el productor solamente aporta la mano de obra. Además la CAM motiva a los productores para
que la conservación se convierta en una tradición y no algo temporal que solo
produce beneficios en corto tiempo. Teniendo en cuenta lo anterior se
desarrollan capacitaciones sobre buenas prácticas agrícolas que promueven la
conservación del suelo tales como sembrar según las curvas de nivel utilizando
un agronivel y estableciendo vegetación que evite la erosión y sirva de abono
verde.
El
agronivel (figura 4) es una A mayúscula fabricada con tres palos cualesquiera,
de cualquier largo y de cualquier forma cada uno. A esa A mayúscula se le
cuelga una plomada de cualquier punto, arriba del palo transversal de la A
(Universidad de California, 1953).
Figura 4. Agronivel
Para
calibrar el agronivel se coloca el instrumento en dos puntos del suelo con
diferentes alturas, se marcan los puntos y se señala en la vara horizontal
donde queda la cabuya de la plumada, se repite el anterior procedimiento por el
otro lado del instrumento colocándolo en los dos puntos marcados en el suelo.
Finalmente se mide la distancia entre las dos marcas de la vara y se señala la
mitad, de esta forma el agronivel puede ahora puntear la curva de nivel.
Las
plantas que se siembran según las curvas de nivel evitan el progreso de la
escorrentía porque el agua choca con la vegetación permitiendo la infiltración
entre curvas de nivel.
El
establecimiento de plantas dentro de cultivos como el vetiver y el matarratón
(figura 5) son muy beneficiosas porque
el vetiver retiene el suelo y el matarratón le ofrece al suelo un abono verde que
se descompone muy rápido con un gran aporte de nitrógeno.
Figura 5. Matarratón
Bibliografía
Alonso,
M. (1997). La agricultura indígena en la Montaña de Guerrero. Plaza y Valdés.
Daza,
J. Control de la erosión con tecnología pasto vetiver. Recuperado de http://www.vetivercolsas.com/aplicaciones-del-pasto-vetiver/control-de-erosion
Universidad
de California, 1953. El Café de Nicaragua, Números 98-109
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