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martes, 15 de diciembre de 2015

Proyecto de conservación de suelos en la parte alta de la cuenca Las Ceibas

La CAM actualmente lidera proyectos de conservación de suelos desarrollados debido al ordenamiento de la cuenca Las Ceibas, algunos proyectos se encuentran dirigidos a los productores ubicados en la parte alta de la cuenca para promover la conservación y evitar perjudicaciones ambientales tales como  erosión, derrumbamientos, avalanchas entre otras cosas.
Una de las obras de bioengenería que se han construido en la cuenca son las terrazas (figura 1). Las terrazas son superficies de cultivo que han sido niveladas o cuya pendiente ha sido reducida con un muro de contención, normalmente de piedra, pero igual puede ser de tierra, tepetate o vegetación (Alonso, 1997). Las terrazas reducen la escorrentía y evitan el deslizamiento del suelo, estas pueden ser construidas en guadua, madera y llantas.

Figura 1. Terraza de guadua
Además del muro de contención se integra en un componente biótico como un pastizal para garantizar la sostenibilidad de la terraza, esto quiere decir que cuando la guadua se deteriore por cualquier agente externo, la vegetación pueda continuar ejerciendo la tensión en el suelo para evitar deslizamientos.
La vegetación que se implementa en la construcción de terrazas es una combinación de pasto y árboles, el pasto más común utilizado es el vetiver (figura 2) y los árboles que usualmente se siembran son el iguá, matarratón, entre otros. 

Figura 2. Pasto vetiver
El pasto vetiver desarrolla un sistema radicular fibroso, que llega a engrosar hasta 0,80 por metro y profundizar de 5 a 7 metros, de acuerdo con el mantenimiento que se le haga al cultivo en los sitos donde se establezca para frenar el problema de la erosión, y la conservación de los suelos en forma estable, sin que haya lugar a desmoronamientos, derrumbes o deslizamientos en zonas de laderas; taludes de carreteras; jarillones de ríos, quebradas o canales de riego; o en áreas expuestas a derrumbes por efecto de la escorrentía de aguas lluvias (Daza). El vetiver se siembra a través de esquejes (figura 3) con 2 o 3 hojas cada 10cm para aumentar la densidad de plantas y evitar mayormente el deslizamiento del suelo.

Figura 3. Esqueje de vetiver
Las terrazas son construidas en zonas afectadas por la humedad, el exceso de agua hace los suelos inestables promoviendo deslizamientos que perjudican  las vías rurales y las casas. Por tal razón para construir una obra de bioengeniería primero se debe remover los excesos de agua, esta agua es aprovechable y se puede dirigir a sitios donde se requiera. Luego hay que preparar el terreno para colocar las barreras de guadua a nivel, los postes (figura 3) son las piezas de guadua gruesas que se colocan verticalmente, estos postes pueden ser sencillos o dobles, los dobles se utilizan en las uniones de las guaduas horizontales, las guaduas verticales se pueden colocar cada 80cm, si se aumenta la distancia la obra puede colapsar debido a la fuerza que ejerce el suelo. Los travesaños (figura 3) son las guaduas horizontales, estas deben ir muy ajustadas y rectas para evitar el paso del material del suelo o agua.

Figura 3. Postes y travesaños
La construcción de la contención de una terraza se puede hacer en tiempos secos o húmedos, sin embargo para el establecimiento de la vegetación se debe hacer en invierno para proveer a la planta el agua necesaria para su desarrollo. Si los suelos donde se quiere sembrar la vegetación son arenosos o arcillosos se puede aplicar materia orgánica para que el desarrollo de la planta sea óptimo.
La CAM también realiza las respectivas obras que benefician a los productores  dirigiéndose a cada finca para hacer una planificación individual. De esta manera la entidad conoce las necesidades y puede proveer los materiales necesarios para las construcciones de obras de conservación y el productor solamente aporta la mano de obra.  Además la CAM motiva a los productores para que la conservación se convierta en una tradición y no algo temporal que solo produce beneficios en corto tiempo. Teniendo en cuenta lo anterior se desarrollan capacitaciones sobre buenas prácticas agrícolas que promueven la conservación del suelo tales como sembrar según las curvas de nivel utilizando un agronivel y estableciendo vegetación que evite la erosión y sirva de abono verde.
El agronivel (figura 4) es una A mayúscula fabricada con tres palos cualesquiera, de cualquier largo y de cualquier forma cada uno. A esa A mayúscula se le cuelga una plomada de cualquier punto, arriba del palo transversal de la A (Universidad de California, 1953).

Figura 4. Agronivel
Para calibrar el agronivel se coloca el instrumento en dos puntos del suelo con diferentes alturas, se marcan los puntos y se señala en la vara horizontal donde queda la cabuya de la plumada, se repite el anterior procedimiento por el otro lado del instrumento colocándolo en los dos puntos marcados en el suelo. Finalmente se mide la distancia entre las dos marcas de la vara y se señala la mitad, de esta forma el agronivel puede ahora puntear la curva de nivel.  
Las plantas que se siembran según las curvas de nivel evitan el progreso de la escorrentía porque el agua choca con la vegetación permitiendo la infiltración entre curvas de nivel.
El establecimiento de plantas dentro de cultivos como el vetiver y el matarratón (figura 5)  son muy beneficiosas porque el vetiver retiene el suelo y el matarratón le ofrece al suelo un abono verde que se descompone muy rápido con un gran aporte de nitrógeno. 

Figura 5. Matarratón


  




Bibliografía

Alonso, M. (1997). La agricultura indígena en la Montaña de Guerrero. Plaza y Valdés.
Daza, J. Control de la erosión con tecnología pasto vetiver. Recuperado de http://www.vetivercolsas.com/aplicaciones-del-pasto-vetiver/control-de-erosion 

Universidad de California, 1953. El Café de Nicaragua, Números 98-109

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